Cómo identificar las especies de animales responsables por el daño en tu jardín

Holly K. Ober y Arlo Kane y traducido por Alejandra Areingdale y Miguel Acevedo


El propósito de este documento es proporcionar información para ayudar a las personas a determinar qué especies de animales están causando daños en sus jardines. Este documento está dirigido a una audiencia general.

Aunque muchos disfrutan de la vida silvestre en sus jardines, hay situaciones donde la presencia de animales puede causar mucho daño a los jardines. Saber identificar las especies responsables de causar estos daños es el primer paso para encontrar una solución al problema. Consulte la publicación de EDIS, WEC323, titulada Overview of How to Stop Damage Caused by Nuisance Wildlife in Your Yard para una guía completa de los pasos a seguir para identificar y solucionar los problemas causados por la vida silvestre en tu jardín.

En esta publicación, describimos el primer paso para mitigar los problemas causados por la vida silvestre: identificar el culpable. Aquí proveemos imágenes del daño causado en áreas residenciales para ayudarle a determinar cuáles especies pueden estar causando problemas similares en su jardín.

Excrementos y Huellas de Animales

Aunque algunos animales están activos durante el día y son muy visibles (por ejemplo, aves y algunos mamíferos), la mayoría de la vida silvestre es muy discreta. En casos donde las observaciones de los animales son difíciles, es posible identificar al culpable por sus excrementos. El tamaño, forma y color de los excrementos pueden proveer pistas importantes. Los excrementos pequeños en forma de bolas del tamaño de granos de arroz pueden ser de ratas, ratones, ardillas rayadas, o murciélagos. Los excrementos redondeados del tamaño de un guisante y con textura áspera pueden pertenecer a conejos. Los excrementos un poco más grandes, lisos, y ovalados son probables de venados de cola blanca, y los excrementos pequeños y ovalados pueden ser de ardillas. El excremento del zorro y coyote típicamente es segmentado con puntas cónicas de alrededor de cinco centímetros de largo y un centímetro de diámetro. Usualmente contiene pelo y pedazos de hueso. El excremento de los linces generalmente tiene alrededor de 10 centímetros de largo, es segmentado, y tiene puntas obtusas. El excremento de los mapaches tiene puntos obtusos y tiene un grosor uniforme (2 centímetros en diámetro). Los excrementos de los cerdos salvajes varían en tamaño y forma (dependiendo de la dieta del animal), pero generalmente son similares en tamaño y consistencia a los excrementos de perros. El color del excremento puede indicar hace cuanto fue dejado: los excrementos frescos generalmente son húmedos y brillantes mientras que los excrementos viejos tienden a ser secos, opacos, y grises. Para más detalles sobre la identificación del excremento, puedes visitar el Centro de Internet Para el Manejo del Daño Causado por la Vida Silvestre en http://icwdm.org/Inspection/Scat.aspx.

La vida silvestre también se puede identificar por las huellas que dejan. Si el suelo es duro en el área donde está ocurriendo el daño y no hay huellas visibles, puede considerar espolvorear harina en el suelo para que las huellas nuevas sean más obvias. De nuevo, tomar fotos de estos signos dejados por animales puede permitirle compararlos con fotos de huellas conocidas de animales en el Internet. Para obtener más detalles sobre la identificación de huellas, puede visitar el Centro de Internet para el Manejo de Daños a la Vida Silvestre en https://icwdm.org/identification/tracks/.

Alteración del Suelo

Las excavaciones son una señal de la presencia de animales que se puede observar fácilmente. En la mayoría de las áreas residenciales, algunas pocas excavaciones no son muy problemáticas. Pero hay situaciones donde la alteración de la tierra es extensa o la ubicación de las madrigueras son problemáticas. Observar cuidadosamente el tamaño, forma, y ubicación de las excavaciones puede revelar qué especie de animal silvestre es el responsable.

Si solo hay un hueco o varios huecos pequeños (menos de 7 centímetros en diámetro), es probable que hayan sido hechos por ardillas rayadas, ratones de campo, ratas noruegas o serpientes. Huecos más grandes (15 a 30 centímetros de diámetro) situados en las bases de los árboles, troncos, o paredes probablemente son de los zorros rojos, zorrillos, armadillos o coyotes. La presencia de caminos o huellas en dirección a la madriguera o el olor alrededor del área nos puede ayudar a distinguir entre estas posibilidades (Figura 1).

La entrada de las madrigueras de los armadillos típicamente tiene 17 a 20 centímetros de ancho y coincide con la forma del carapacho del armadillo.
Figura 1. La entrada de las madrigueras de los armadillos típicamente tiene 17 a 20 centímetros de ancho y coincide con la forma del carapacho del armadillo.
Créditos: Karan A. Rawlins, http://www.forestryimages.com/

Un hueco grande (15 a 30 centímetros en diámetro) acompañado por un montículo de tierra arenosa es característico de la tortuga terrestre Gopherus polyphemus. Estas tortugas buscan comida sobre el suelo pero pasan periodos largos dentro de sus madrigueras grandes que excavan para refugio (Figura 2). Las entradas a sus madrigueras son más anchos que altos para acomodar las dimensiones de la caparazón de la tortuga, y casi siempre se puede ver un gran montículo de arena excavada frente a la entrada. Solo las personas autorizadas pueden reubicarlos. Por favor, no los acoses, persigas o molestes. Puede informar ubicaciones de tortugas terrestres utilizando esta aplicación. https://myfwc.com/news/all-news/gopher-app-920/.

La entrada de la madriguera de la Gopherus polyphemus es plana en la parte de abajo y redondeada en la parte de arriba, coincidiendo con la forma del caparazón de la tortuga.
Figura 2. La entrada de la madriguera de la Gopherus polyphemus es plana en la parte de abajo y redondeada en la parte de arriba, coincidiendo con la forma del caparazón de la tortuga.
Créditos: David Moorhead y Chuck Bargeron, http://www. forestryimages.com/

Las tuzas o taltuzas, del sudeste de los Estados Unidos son animales discretos que viven debajo de la tierra creando sistemas de túneles de 15 a 30 centímetros debajo de la superficie del suelo. Son herbívoros (comen plantas), que se alimentan de raíces y partes carnosas de las plantas. Las tuzas excavan la tierra para hacer sus sistemas de túneles y forman montículos grandes (25 centímetros en diámetro) que son asimétricos con forma de media luna. No se ve un hueco de entrada, pero un tapón de tierra puede estar visible cerca del centro del montículo (Figura 3).

Una sola tuza puede crear varios montículos de arena. Note la forma asimétrica de cada montículo.
Figura 3. Una sola tuza puede crear varios montículos de arena. Note la forma asimétrica de cada montículo.
Créditos: Arlo Kane

Los topos también viven en sistemas de túneles subterráneos. Son distintos a las tuzas porque comen lombrices de tierra, escarabajos, gusanos, y otros insectos que viven en la tierra. Cuando buscan comida en sus túneles debajo de la superficie de la tierra, crean crestas elevadas que pueden causar dificultades cuando esté cortando la grama. (Figura 4). Los túneles también pueden matar la grama si las raíces quedan expuestas al aire como resultado de la excavación creando rayas marrones. Sin embargo, los topos pueden ser beneficiosos porque se comen las larvas y las formas adultas de varios insectos considerados dañinos que viven en el jardín (algunas especies de grillos y gusanos). En algunos casos, el daño que causan a los jardines con sus sistemas de túneles y sus montículos de escombros pueden llegar a niveles problemáticos. Los topos depositan la tierra que excavan en montículos pequeños (de menos de 15 cm en diámetro) que son simétricos y cónicos con un hueco de salida en el centro.

Túnel creado por un topo buscando comida.
Figura 4. Túnel creado por un topo buscando comida.
Créditos: Arlo Kane

Los huecos en los jardines en Florida usualmente son causados por armadillos o cerdos salvajes mientras buscan comida. Los armadillos crean varios huecos superficiales, de dos a cinco centímetros de ancho y 15 centímetros de profundidad, cuando buscan a invertebrados en las capas superiores de la tierra (Figura 5).

Depresión creada por un armadillo buscando comida.
Figura 5. Depresión creada por un armadillo buscando comida.
Créditos: Eddie Powell

Los cerdos salvajes causan más daño mientras buscan comida. Ellos hacen huecos más profundos a través de áreas más grandes (Figura 6). Los cerdos también usan áreas más húmedas para crear un revolvedero para refrescarse en el barro.

Huecos hechos por cerdos salvajes.
Figura 6. Huecos hechos por cerdos salvajes.
Créditos: Billy Higginbotham, http://www.forestryimages.com/

Daño a la Corteza de los Árboles

Las ardillas de las Carolinas, o ardillas grises, dañan a los árboles cuando remueven parchos de la corteza de sus troncos y ramas superiores, normalmente en las copas de los árboles (Figura 7).

Remoción de la corteza del árbol hecho por las ardillas grises.
Figura 7. Remoción de la corteza del árbol hecho por las ardillas grises.
Créditos: Randy Cyr, http://www.forestryimages.com/

Los venados (particularmente los machos) pueden dañar a la corteza de los árboles cuando se frotan contra los troncos para quitarse la pelusa de los cuernos. A menudo remueven la corteza de un solo lado del tronco entre las alturas de 60 centímetros a 121 centímetros. Los venados prefieren árboles con diámetros pequeños (Figura 8).

Daño causado a un conífero pequeño por un venado frotando sus cuernos.
Figura 8. Daño causado a un conífero pequeño por un venado frotando sus cuernos.
Créditos: David Stephens, http://www.forestryimages.com/

Los osos negros causan dos tipos de daño a los árboles. Primero, remueven la corteza de los árboles jóvenes y raspan el interior con sus dientes incisivos, dejando cicatrices verticales que usan como marca territorial. Segundo, cuando suben los árboles, dejan ranuras profundas y distintivas en la corteza y en la capa interior con sus garras (Figura 9).

Daño a árboles causado por las garras de un oso negro.
Figura 9. Daño a árboles causado por las garras de un oso negro.
Créditos: David Morehead, http://www.forestryimages.com/

Los cerdos salvajes dañan a la corteza cuando se rascan o frotan contra los troncos de los árboles. Los cerdos seguramente son los culpables si ves barro o pelo grueso pegado al área frotada (Imagen 10). La altura del área frotada provee una indicación del tamaño del cerdo.

Daño al árbol causado por el frotamiento de un cerdo salvaje. Note el pantano seco en el tronco.
Figura 10. Daño al árbol causado por el frotamiento de un cerdo salvaje. Note el pantano seco en el tronco.
Créditos: Sasa Kunovac, http://www.forestryimages.com/

Algunas veces, los pájaros carpinteros taladran huecos en los troncos de árboles vivos. En particular, los carpinteros moteados taladran huecos profundos de 6 a 12 milímetros de diámetro en filas horizontales en la corteza de sus árboles favoritos para ganar acceso a su comida preferida; la savia de árbol y los insectos atraídos por ella (Figura 11).

Los carpinteros moteados dejan huecos cercanos y uniformemente espaciados en los troncos de los árboles.
Figura 11. Los carpinteros moteados dejan huecos cercanos y uniformemente espaciados en los troncos de los árboles.
Créditos: Randy Cyr, http://www.forestryimages.com/

Daño a la Vegetación

Diferentes partes de las plantas pueden ser consumidas por una variedad de animales, incluyendo conejos, venados y castores. El tamaño de las marcas de los dientes, el patrón de mordida y el tamaño del material consumido, pueden ayudarnos a determinar cuál especie causó el daño. Por ejemplo, los conejos tienen incisivos afilados que les permiten morder la vegetación resultando en un corte limpio, pero su baja estatura restringe el daño solo a áreas bajas. En contraste, el venado de cola blanca no tiene incisivos superiores y por lo tanto arranca las hojas o ramitas en lugar de morderlas, dejando una apariencia irregular. El daño causado por los venados ocurrirá más arriba en la planta que el daño causado por los conejos.

Los conejos típicamente dañan las plántulas y hojas a unos 38 centímetros de distancia del suelo, dejando un corte limpio y angulado en el tallo. Los tallos seleccionados usualmente son de menos de 6 milímetros de diámetro. Las marcas de los dientes son de 1 a 3 milímetros de ancho (Figura 12).

Los conejos dejan cortadas limpias y anguladas cuando comen las plántulas de los pinos.
Figura 12. Los conejos dejan cortadas limpias y anguladas cuando comen las plántulas de los pinos.
Créditos: John Ghent, http://www.forestryimages.com/

Los venados de cola blanca no tienen incisivos superiores por lo que típicamente dejan cortes ásperos e irregulares particularmente en pinos. Usualmente, no dejan marcas de dientes obvias (Figura 13).

Los venados dejan cortes ásperos e irregulares cuando comen las plántulas de los pinos.
Figura 13. Los venados dejan cortes ásperos e irregulares cuando comen las plántulas de los pinos.
Créditos: http://www.forestryimages.com/

Los castores típicamente dañan los brotes, retoños o árboles en sus bases a menos de 60 centímetros del suelo. Hacen cortes en los árboles grandes desde todos los bordes con ángulos hacia el interior, dejando un punto en el medio del tronco. Las marcas de los dientes individuales son de 3 a 6 milímetros de ancho (Figura 14). La mayoría del daño causado a los árboles por los castores ocurre cerca de las vías fluviales donde los castores han construido un pequeño dique; los castores tienen la capacidad de dañar grandes extensiones de terreno.

Los castores dejan cortes irregulares cuando mastican hacia el interior de los tallos desde todos los lados.
Figura 14. Los castores dejan cortes irregulares cuando mastican hacia el interior de los tallos desde todos los lados.
Créditos: Gerald Lenhard y James Solomon, http://www. forestryimages.com/

Incursión en los Huertos Caseros

Las sandías son la comida favorita de muchos animales omnívoros. Los mapaches tienden a abrir un hueco pequeño de un lado de la fruta y extraen los contenidos con una pata (Figura 15). Los coyotes muerden la sandía para abrirle huecos y alimentarse del centro de la fruta. Los venados y cerdos la patean para romperla.

Daño a las sandías causado por mapaches y coyotes.
Figura 15. Daño a las sandías causado por mapaches y coyotes.
Créditos: Donald Maynard y Gary Elmstrom

Los maníes son los favoritos de los venados. Las plantas dañadas por los venados tienen roturas ásperas e irregulares con bordes triturados porque los venados no tienen incisivos (Figura 16).

Matas de maní con mordidas de venados tienen bordes irregulares.
Figura 16. Matas de maní con mordidas de venados tienen bordes irregulares.
Créditos: Holly Ober

La soja tierna también es susceptible a la alimentación de los venados. (Figura 17).

Hojas de soja comidas por venados.
Figura 17. Hojas de soja comidas por venados.
Créditos: Daren Mueller, http://www.forestryimages.com/

Fuentes Adicionales de Información

Anonymous. “Droppings, scat, and feces identification.” Internet Center for Wildlife Damage Management. Available online at http://icwdm.org/Inspection/Scat.aspx

Dolbeer, R. A., N. R. Holler, and D. W. Hawthorne. 1994. Identification and assessment of wildlife damage: an overview. The Handbook: Prevention and Control of Wildlife Damage. Eds.: S. E. Hygnstrom, R. M. Timm, and G. E. Larson. Paper 2. Available online at: http://digitalcommons.unl.edu/icwdmhandbook/2

Ober, H. K. and A. Kane. 2012. “Overview of How to Stop Damage Caused by Nuisance Wildlife in Your Yard.” WEC323/UW368. EDIS 2012 (11). https://doi.org/10.32473/edis-uw368-2012

Ober, H. K. and A. Kane. 2012. “How to Modify Habitat to Discourage Nuisance Wildlife in Your Yard.” WEC325/UW370. EDIS 2012 (11). https://doi.org/10.32473/edis-uw370-2012

Ober, H. K. and A. Kane. 2012. “How to Use Deterrents to Stop Damage Caused by Nuisance Wildlife in Your Yard.” WEC326/UW371. EDIS 2012 (11). https://doi.org/10.32473/edis-uw371-2012

Ober, H. K. and A. Kane. 2012. “How to Use Traps to Catch Nuisance Wildlife in Your Yard.” WEC327/UW372. EDIS 2012 (11). https://doi.org/10.32473/edis-uw372-2012