El propósito de este documento es ayudar a reducir la frecuencia con la que las personas alimentan a las aves que viven cerca del agua en Florida y explicar los impactos negativos de estas acciones. Este documento está dirigido a una audiencia general. Las aves acuáticas viven en o cerca de ambientes acuáticos como el océano, lagos, humedales, pantanos y ríos. Este grupo incluye pelícanos, patos, gansos, garzas, garcetas, gaviotas, charranes, cormoranes, etc.
¿Qué tipos de problemas pueden ocurrir al alimentar a las aves acuáticas?
Alimentar a las aves acuáticas puede generar problemas como:
- Cambios en el comportamiento: pueden perder el miedo a los humanos y volverse agresivas;
- Desnutrición por comer alimentos con poco o ningún valor nutricional;
- Lesiones por tragar anzuelos (Figura 1) y otros artículos no alimentarios;
- Inanición, pérdida de un ala o una pata, y muerte como resultado de enredarse en líneas de pesca;
- Lesiones por tragar espinas de pescado grandes que no pueden digerir: las espinas de los pescados grandes pueden perforar la molleja de un ave, se pueden atascar en la garganta e incluso perforar el estómago;
- Volverse dóciles y perder el miedo a los humanos;
- Mayor propagación de enfermedades;
- Degradación de la calidad del agua (por aumento en las concentraciones de los excrementos de aves);
- Las aves progenitoras no pueden enseñar a sus crías las técnicas para alimentarse cuando dependen de los humanos.
Alimentar a las aves silvestres en los muelles de pesca es perjudicial para la salud de las aves. Las aves que intentan tragar un pez demasiado grande pueden ahogarse o sufrir lesiones internas. Las aves que aprenden a asociar a los pescadores con comida pueden tratar de alimentarse de los peces en los anzuelos y se pueden lesionar gravemente o morir (Figura 1). Además, pueden enredarse en los monofilamentos de la línea de pesca. Los estudios muestran que más de 700 pelícanos mueren cada año al quedarse atrapados en las líneas de pesca.
Alimentar a las aves también puede tener el efecto de concentrar a muchos individuos en un solo lugar. Esto aumenta la probabilidad de transmisión de enfermedades de ave a ave. Por ejemplo, la viruela aviar puede transmitirse por el contacto físico. Este tipo de contacto puede aumentar como consecuencia del aumento en densidades y la competencia por la comida. También, enfermedades como el botulismo aviar se transmiten entre las aves mediante sus excrementos.
Al aumentar la cantidad de excrementos también aumenta la transmisión de enfermedades bacterianas como E. coli en cuerpos de agua cercanos. Este aumento en excrementos también aumenta la cantidad de nutrientes en el agua lo que puede resultar en un aumento en el crecimiento de algas afectando negativamente la calidad del agua.
El pan y otros alimentos procesados no son parte de la dieta natural de un ave y pueden resultar en desnutrición por comer alimentos con poco o ningún valor nutricional. El balance de fibra, grasas, micronutrientes, carbohidratos y proteínas en la dieta natural de un ave es radicalmente diferente al que proporciona una dieta que consiste principalmente en comida humana. Además, las aves pueden atragantarse con pedazos grandes de pan y el sobrante puede atraer otros animales salvajes, como ratas y mapaches, que son depredadores de huevos y polluelos.
Las aves se pueden acostumbrar a ser alimentadas por los humanos y eventualmente tienden a depender de esto; como consecuencia algunos individuos pueden consumir cualquier objeto indiscriminadamente incluyendo basura. Las aves a las que se les enseña a depender de los humanos para alimentarse no pueden enseñar a sus propios jóvenes los comportamientos tradicionales de búsqueda de alimento; la carencia de estas destrezas podría resultar en alta mortalidad juvenil.
Las aves domesticadas también se vuelven vulnerables al comportamiento humano hostil. Muchas son perseguidas por niños o perros y acosadas por aquellos que piensan que son una molestia. La alimentación hace que las aves pierdan el temor a objetos peligrosos como los automóviles. Además, algunas especies, como los patos, gansos y cisnes, pueden alterar sus patrones de migración si se les proporciona alimento durante todo el año.
A veces, las personas intentan alimentar a las aves de cerca, lo que les causa un estrés indebido. Esto es especialmente dañino durante la temporada reproductiva. Acercarse a los nidos para alimentar a las aves puede hacer que alteren la ubicación de sus nidos, los abandonen o que fracasen. Además, puede ayudar a que depredadores como cuervos y arrendajos noten o encuentren el nido.
Alimentar a las aves silvestres puede provocar comportamientos agresivos. Durante la temporada de reproducción, se sabe que las grullas canadienses, las cuales parecen dóciles, atacan a las mascotas y ocasionan daños a la propiedad. Las gaviotas, los charranes y los pelícanos pueden descender en picado, zambullirse o perseguir a personas con la intención de obtener comida. Los gansos y los patos pueden dañar los jardines cuando arrancan y se alimentan de la grama, también depositan grandes cantidades de excrementos.
La alimentación tiene un impacto muy negativo para la mayoría de la vida silvestre, especialmente para las aves acuáticas.
¿Qué puede hacer para proteger las aves alrededor de los sistemas de agua costeros y continentales?
- No alimente a las aves silvestres.
- Disfrute observarlas desde la distancia, especialmente durante su temporada reproductiva. Usa binoculares si quiere observarlas más de cerca.
- Ayude a educar a otros sobre las consecuencias de alimentar a las aves acuáticas.
- Al pescar:
- No deje las cañas de pescar desatendidas;
- Deseche el hilo de pescar de monofilamento en un basurero o, si se proporciona, use la caja de reciclaje de monofilamento;
- Deseche los cadáveres de los peces grandes en recipientes de basura cubiertos.
Fuentes Adicionales de Información
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