Diez beneficios de los huertos urbanos: enfoque en las crisis socioeconómicas

Mysha Clarke


Propósito: esta publicación destaca los potenciales beneficios de los huertos urbanos tanto para los vecindarios cercanos como para la comunidad urbana en general, así como para las localidades periféricas y visitantes de una ciudad. Los planificadores urbanos, residentes y miembros de la comunidad encontrarán muy útil esta información tanto para planificar nuevos huertos como para mantener los ya establecidos.

Introducción

Más del 90 por ciento de los floridanos viven en áreas urbanas. Debido al rápido aumento de la urbanización, muchas personas están desconectadas o tienen una exposición limitada al mundo natural. Los espacios verdes urbanos, entre ellos los huertos urbanos, pueden proporcionar diversos beneficios tanto a las personas como a la vida silvestre. Los huertos urbanos ofrecen recursos importantes para que las personas mantengan su salud mental y física, reduzcan el estrés y mejoren su bienestar general (Okvaut y Zauta 2011; Clarke et al. 2018). Los huertos urbanos pueden incluir huertos comunitarios, huertos en jardines privados, huertos en iglesias y otros tipos de infraestructura verde destinada a la producción de alimentos. La jardinería urbana implica el cultivo y la distribución de alimentos en áreas urbanas (generalmente se excluye la producción de animales). Estos huertos pueden abarcar la producción hortícola en patios, jardines comunitarios, jardines privados y de casas, techos o espacios públicos.

Los recientes desafíos de la pandemia del Covid 19 resaltaron aún más la necesidad de tener más espacios verdes accesibles como los huertos urbanos (Lin et al. 2021). La pandemia impactó la vida diaria de las personas a causa de los mandatos de distanciamiento social, las cuarentenas y los efectos generales en nuestra salud mental, física, social y emocional. Los efectos de esta enfermedad mundial no tienen precedentes en el siglo XXI y dicha experiencia ha resaltado la importancia de los espacios verdes.

Históricamente, se ha fomentado la iniciativa de los huertos urbanos debido a sus beneficios sociales y económicos, especialmente durante las crisis socioeconómicas, como las recesiones económicas y la inestabilidad sociopolítica. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Estados Unidos incentivó los “Huertos de la Libertad” y los “Huertos de la Victoria”, que eran huertos en jardines públicos y privados, como una forma de complementar las raciones de alimentos, reducir las tasas de desempleo, elevar la moral y el patriotismo y fortalecer la economía estadounidense (Clarke et al. 2018; Lawson 2005). De la misma manera, la actividad se incrementó durante la Gran Depresión y otras recesiones económicas (Lawson 2005; Okvat and Zauta 2011). Existe evidencia de que el número de huertos urbanos sube como respuesta a crisis socioeconómicas y se reduce en tiempos de relativa seguridad económica, sin embargo, muchas comunidades de color (también llamadas racializadas) consistentemente han mantenido huertos urbanos de producción de alimentos a pesar de los cambios económicos (Valle 2021). Los esfuerzos comunitarios para hacer frente a la evolución de la pandemia de Covid 19 presentaron una oportunidad para reconsiderar la importancia y los muchos beneficios de los huertos urbanos. Esta publicación tiene como objetivo ayudar a los agentes de Extensión, jardineros, administradores de jardines/huertos y planificadores urbanos interesados ​​en agregar nuevos jardines y apoyar y promover los huertos existentes en las comunidades urbanas de Florida. Con ese fin, este documento enumera y explica 10 beneficios que los huertos urbanos brindan a los ecosistemas y a las personas.

Los huertos urbanos fomentan la resiliencia comunitaria al ayudar a los ciudadanos a aprender y adaptarse a los desafíos

Los huertos urbanos pueden ayudar tanto a individuos como a comunidades a desarrollar la habilidad para aprender, lidiar con situaciones y ser más resilientes. Los huertos brindan el espacio, recursos y el soporte a las personas para que puedan conectar y aprender entre sí. El compartir conocimiento se relaciona con la producción de alimentos, la identidad cultural, la política y en general con la inclusión y el sentido de pertenencia a una comunidad. El proceso se facilita al compartir recursos y asistir a reuniones, festivales, picnics o comidas comunitarias, demostraciones de cocina y otras oportunidades para que los miembros de una comunidad interactúen y aprendan unos de los otros.

Los huertos urbanos, especialmente los comunitarios, pueden facilitar la participación y la toma cooperativa de decisiones y ayudar a los residentes a crear un sentido de comunidad al brindarles un espacio común para reunirse, compartir información y construir conexiones sociales, amistades y colaboraciones. La pandemia del Covid 19 destacó aún más la necesidad crucial de espacios verdes urbanos como los huertos. Los residentes usaron la jardinería en ese período como un mecanismo para lidiar con la crisis, así sus espacios locales verdes, particularmente los huertos, permitieron a las personas pasar tiempo con sus familias, aliviar el estrés y socializar de forma segura al aire libre (Luo et al. 2021).

Adicionalmente, los jardines o huertos urbanos facilitan los intercambios culturales, fomentan la participación en actividades vecinales y brindan información fundamental sobre eventos comunitarios importantes. Los vecinos se conectan y comparten consejos de jardinería, por supuesto, pero también información sobre votaciones, recetas, historias, consejos y estrategias para todo, desde preocupaciones de seguridad del vecindario hasta recursos de cuidado infantil. En general, los huertos urbanos brindan a los residentes la oportunidad de reunirse y crear juntos su comunidad.

Los huertos urbanos ayudan a la seguridad alimentaria

Un huerto escolar
Figura 1. Un huerto escolar
Crédito: Tyler Jones, UF/IFAS

Los huertos urbanos pueden mejorar la seguridad alimentaria en las ciudades al proporcionar alimentos frescos, saludables y nutritivos (Opitz 2015); pueden ayudar a proveer alimentos en los “desiertos alimentarios” que son áreas que tienen acceso limitado a productos frescos, nutritivos y saludables. Aproximadamente el 10 por ciento, es decir, 13,5 millones de personas en los sectores censales de los Estados Unidos, se encuentran en desiertos alimentarios y carecen de acceso a un supermercado o tienda de abarrotes grande (Wright 2021). Los desiertos alimentarios se encuentran principalmente en comunidades de bajo ingreso o en comunidades de color o racializadas (Karpyn et al. 2020). Aunque existen iniciativas para reducir los desiertos alimentarios, todavía existe una preocupación creciente, especialmente en las comunidades de bajos ingresos.

Los huertos urbanos así como los huertos comunitarios están conectados a un incremento en el consumo de frutas y vegetales, la priorización cada vez más de la preparación de alimentos en familia y un creciente énfasis en el consumo de alimentos nutritivos (Garcia et al. 2018). Los huertos urbanos pueden mejorar la seguridad alimentaria y reducir los desiertos alimentarios al brindar acceso a alimentos frescos.

Los huertos reducen los efectos de las islas de calor

Las ciudades a menudo experimentan islas de calor porque son más calurosas que las áreas suburbanas o rurales circundantes. Los edificios y superficies impermeables en las ciudades consumen y reflejan más calor que las áreas con espacios verdes, árboles o campos sembrados (Rizwan et al. 2008). Las islas de calor urbanas pueden empeorar los problemas de salud humana creados por la contaminación del aire y el calor: impactos respiratorios como el asma y enfermedades relacionadas como el agotamiento por calor y la insolación. En los últimos treinta años, el calor extremo ha sido la causa primaria de muertes relacionadas con el clima en Estados Unidos (National Oceanic and Atmospheric Administration 2023). Las islas de calor urbanas son más frecuentes en áreas de bajos ingresos y comunidades de color (o comunidades racializadas) (Hsu et al. 2021) y tienen efectos significativos en poblaciones que ya son vulnerables a diversos factores de estrés social y ambiental. En un estudio nacional de 60 ciudades estadounidenses se encontró que el calor no está distribuido de forma uniforme en las áreas urbanas y que las comunidades pobres generalmente tienen mayores temperaturas que las comunidades de mayor nivel económico que tienen calles de árboles y grandes jardines, un fenómeno que usualmente se origina en el legado de la segregación residencial (prácticas discriminatorias de préstamos) y la discriminación en la vivienda (National Oceanic and Atmospheric Administration 2023). La distribución desigual de los espacios verdes urbanos y las islas de calor urbanas puede poner a las poblaciones vulnerables en mayor riesgo de enfermedades respiratorias, como el asma, que es más común en comunidades de bajos ingresos y comunidades racializadas que en la población general de los Estados Unidos (US Environmental Protection Agency 2023). Los jardines urbanos y otros tipos de vegetación en áreas urbanas pueden ayudar a reducir los efectos de las islas de calor urbanas, esto es porque las plantas y el suelo enfrían sus entornos mediante la evapotranspiración. En la evapotranspiración, el agua se evapora de las plantas y del suelo, transfiriendo humedad refrescante al área circundante. Además, la sombra de árboles y arbustos reduce la absorción de calor. (Kleerekoper et al. 2012; Mancebo 2018).

Los huertos urbanos incrementan los hábitats de la vida silvestre en las ciudades

Mariposa monarca en peligro de extinción (Danaus plexippus) posada en una zinnia.
Figura 2. Mariposa monarca en peligro de extinción (Danaus plexippus) posada en una zinnia.
Crédito: Cristina Carriz, UF/IFAS

Se ha documentado que los huertos urbanos benefician la vida o fauna silvestre. Ellos incrementan los hábitats y proporcionan a muchas especies los espacios necesarios para sobrevivir. También ayudan a la fauna silvestre a vivir en áreas urbanas y a migrar hacia ellas.

Lo huertos fomentan la biodiversidad en las ciudades de muchas maneras, incluyendo la provisión de hábitats para varios polinizadores (Majewska y Altizer 2020), lo cual puede también incrementar la diversidad de plantas en áreas urbanas. Los jardines urbanos, así como los comunitarios, pueden atraer diferentes polinizadores debido a su diversidad de plantas y su bajo uso de pesticidas (Tasker et al. 2020). Los jardines amigables con los polinizadores pueden brindar oportunidades invaluables para polinizadores, como la mariposa monarca en peligro de extinción (Danaus plexippus), para que puedan encontrar alimentos, sitios de anidación, plantas hospederas y cobijo (Figura 2). Los jardines urbanos benefician no sólo a sus alrededores inmediatos sino a regiones enteras porque ayudan a reducir la escorrentía de contaminantes ambientales después de la lluvia (Richards et al. 2015; Malaviya et al. 2019). De esta manera, los jardines urbanos pueden beneficiar a muchas especies acuáticas que se ven afectadas por la escorrentía (al reducir la escorrentía de nutrientes), beneficiando indirectamente a especies acuáticas vulnerables como el manatí de las Indias Occidentales (Trichechus manatus), e incluso pueden reducir la acumulación de nutrientes que conduce a la peligrosa proliferación de algas.

Los jardines urbanos mejoran las respuestas comunitarias a los desastres naturales, reducen los daños de las tormentas y aceleran la recuperación ambiental

Los huertos urbanos, así como los comunitarios, pueden ser un refugio para residentes después de eventos de desastres. Por ejemplo, los huertos comunitarios sirven como espacio de reunión para los residentes después de un huracán con el fin de procesar el evento en conjunto, compartir información y encontrar apoyo en otros (Chan et al. 2015).

La gestión de aguas pluviales es un desafío importante en muchos entornos urbanos. Esto es realmente importante en las ciudades floridanas por las constantes tormentas en el estado, las fuertes lluvias y las consecuentes inundaciones. Los huertos comunitarios diseñados e incorporados al área urbana de manera efectiva pueden reducir la escorrentía al mitigar las inundaciones y la contaminación del agua.

Así también, los jardines urbanos pueden incluir jardines de lluvia o jardines productores de flores y frutos que ayudan a filtrar sedimentos y contaminantes del agua. Los jardines absorben el agua de lluvia a través del suelo y las raíces y otras partes de las plantas; todo ello ayuda a su vez a reponer el agua subterránea al absorber la lluvia y permitir que el agua regrese al acuífero a través del suelo (U.S. EPA 2015). Los jardines urbanos también pueden ayudar a reducir los daños causados ​​por las tormentas al amortiguar el viento y reducir la escorrentía y los contaminantes que terminan en los cursos de agua.

Los huertos o jardines urbanos proveen varios servicios culturales

Los servicios culturales que brindan los ecosistemas como los jardines y los espacios verdes urbanos son los beneficios no materiales que las personas pueden obtener de esos ecosistemas (Camps-Calvet et al. 2016). Los jardines urbanos brindan a la gente espacios para practicar la espiritualidad, fomentar un sentimiento de identidad y experimentar sentido de pertenencia a sus comunidades, así como también oportunidades de recreación, relax y ecoturismo (Okvat and Zauta, 2011).

Los huertos urbanos proporcionan empleo

Los huertos urbanos pueden brindar oportunidades de empleo a diversas personas en las ciudades, incluidos los agricultores urbanos y otras partes interesadas en la cadena de suministro de alimentos (Azunre et al. 2020; Lawson 2005). Por supuesto, las oportunidades de empleo en los huertos urbanos variarán según el tamaño, el propósito, la ubicación y el uso de producción de cada huerto. Estas también pueden variar en una escala desde puestos voluntarios no remunerados hasta puestos remunerados de tiempo completo como trabajadores de mantenimiento, recolectores, gerentes y vendedores, entre otros.

Los huertos urbanos mejoran la adaptación al cambio climático

Los huertos urbanos pueden ayudar a las comunidades a adaptarse al cambio climático al reducir las emisiones de carbono asociadas a la producción y el transporte de alimentos y al mejorar el secuestro de carbono. Los jardines urbanos pueden secuestrar carbono aumentando la vegetación en las zonas urbanas. Por ejemplo, un estudio sobre jardines comunitarios encontró que, en Estados Unidos, más de 150.000 toneladas de carbono fueron secuestradas por 10.000 jardines (Okvat and Zauta 2011).

Cosecha de batatas en un huerto escolar.
Figura 3. Cosecha de batatas en un huerto escolar.
Crédito: Tyler Jones, UF/IFAS

Los huertos urbanos aumentan el conocimiento sobre el ambiente, especialmente en niños

Esta alfabetización ambiental se refiere a la habilidad del público para entender y tomar decisiones bien documentadas acerca de la interacción del ambiente con las áreas urbanas. Debido a que la mayoría de la gente en Estados Unidos, incluidos los floridanos, viven en áreas urbanas, la primera interacción de muchos residentes con la naturaleza es en los sitios verdes de las áreas urbanas, como los huertos o jardines comunitarios urbanos. Muchos niños experimentarán por primera vez la naturaleza en los espacios verdes de sus ciudades, entre ellos en los huertos urbanos. Si bien los niños de hoy están más conectados a través de la tecnología que los de generaciones anteriores, también están menos conectados con la naturaleza que los niños del pasado (House et al. 2016). Esta desconexión con la naturaleza se conoce como “déficit de naturaleza”. Las investigaciones han demostrado que esta desconexión puede aumentar los problemas de salud de los niños. La obesidad y los trastornos de atención, por ejemplo, se asocian con la desconexión de la naturaleza (Louv 2005). Los huertos urbanos brindan espacios donde los niños pueden aprender sobre la producción de alimentos; además proporcionan un lugar para jugar y participar en actividades recreativas, desarrollar habilidades sociales, observar la vida silvestre y aprender sobre el medio ambiente.

Los huertos urbanos mejoran la salud y el bienestar humano

Los huertos urbanos pueden proporcionar espacios para mejorar y mantener la salud y el bienestar de las personas. Estos jardines se utilizan a menudo como un espacio para aliviar el estrés y mejorar la salud física. Por ejemplo, cavar, plantar y cosechar proporciona numerosos beneficios para la salud al involucrar varios músculos. Estar físicamente activo también puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes. La exposición directa a espacios naturales puede ayudar a prevenir enfermedades y mejorar los resultados de salud de las personas.

Conclusión

Los huertos urbanos aportan muchos y variados beneficios sociales y ecológicos a la sociedad. Además de embellecer las ciudades y proporcionar espacios para disfrutar del aire libre, también proporcionan otros usos prácticos que pueden mejorar la resiliencia de las ciudades durante la inestabilidad económica, política o social, como las recesiones y la reciente pandemia mundial de Covid 19. A pesar de los numerosos beneficios de los huertos urbanos y comunitarios, la financiación y los recursos para que los residentes los diseñen, desarrollen, instalen y mantengan han sido limitados históricamente. Se deben proporcionar más programas de Extensión y divulgación para aumentar el número de huertos urbanos y comunitarios en la Florida. Se necesitan más espacios verdes urbanos, incluidos los huertos urbanos, porque brindan los diez beneficios que se enumeran a continuación.

  1. Ayudan al desarrollo de la capacidad de aprendizaje y adaptación de una comunidad.
  2. Contribuyen a la seguridad alimentaria.
  3. Reducen los efectos de las islas urbanas de calor.
  4. Incrementan los hábitats de vida silvestre en áreas urbanas.
  5. Mejoran las respuestas a los desastres naturales.
  6. Proveen varios servicios culturales.
  7. Brindan empleo.
  8. Mejoran la adaptación al cambio climático.
  9. Incrementan la alfabetización Ambiental.
  10. Contribuyen con la salud y el bienestar humano.

Referencias

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