Zonas de producción
Los caquis son considerados como un cultivo relativamente sostenible en Florida, con una calificación de 6 puntos en una escala de 10 para la evaluación de sostenibilidad agrícola. Los caquis tienen un potencial comercial moderado y altas probabilidades de llegar directamente al consumidor. La demanda de los consumidores podría ser de cultivares no astringentes principalmente. Los caquis son aptos para el centro y el norte de Florida, ya que la calidad y los rendimientos pueden ser bajos en la parte sur del estado. Los caquis tienen un bajo requisito de horas frío, y pueden producirse con éxito en áreas que reciben sólo 100-200 horas con temperaturas por debajo de 45°F (7°C). Los datos muestran que las yemas pueden salir de dormancia cuando las temperaturas están justo por encima del rango normas de las horas con más frio, entre 32-45°F (0-7°C).
De acuerdo a los datos recogidos a nivel de condado en el 2017 a nivel de condados, está claro que hay dos regiones principales de producción de caqui en Florida. Una región se encuentra en los condados contiguos de Alachua, Levy, Marion y Lake, que representan casi el 50% de la superficie total que se cultivan en el estado (132 de 266 acres). La otra región se encuentra al norte del estado, en los condados de Okaloosa, Walton y Washington, que suman alrededor del 18% de la superficie producida. Existen algunos otros condados dispersos que tienen más de 5 acres del cultivo del caqui: Brevard (16 acres), Hernando (8 acres), y Jefferson (8 acres).
Los árboles crecen y fructifican mejor en el centro y norte de Florida. Además, pueden producir altos rendimientos con fruta de buena calidad en esas zonas. En el sur de Florida, la calidad de la fruta de cultivares astringentes es mejor que la de cultivares no astringentes. El caqui japonés no está incluido en la lista de malezas nocivas del Departamento de Agricultura de la Florida in los Estados Unidos (USDA) o en la lista de Especies de Plantas Invasivas del Consejo de Plagas Vegetales Exóticas de Florida. Para obtener información sobre los cultivares que se pueden producir en Florida, visite la publicación EDIS titulada Cultivares de Caqui Japonés en Florida, disponible en el siguiente enlace: https://edis.ifas.ufl.edu/publication/mg460.
Propagación
Selección de portainjertos
Los caquis japoneses en Florida han sido injertados casi exclusivamente con Diospyros virginiana, un caqui nativo de los Estados Unidos. D. virginiana es ampliamente utilizado en los estados del sur debido a su adaptabilidad a diferentes tipos de suelo. Dicho cultivar tiene tolerancia a suelos húmedos, es resistente al frío, puede soportar condiciones de sequía, y es compatible con la mayoría de cultivares injertados. Tiende a producir más chupones en comparación con otros portainjertos utilizados comúnmente en California, como D. lotus y D. kaki, y también pueden carecer de uniformidad y vigor. Algunas investigaciones realizadas en Florida en la década de 1960, se ha comparado el D. kaki y D. virginiana, encontrandose poca diferencia entre portainjertos con respecto al rendimiento. Sin embargo, se confirmó que la especie nativa de caqui promovió mayor desarrollo de chupones. D. lotus ha demostrado cierta incompatibilidad con las principales variedades no astringentes, incluyendo 'Fuyu', 'Jiro', e 'Izu'. Además, dicha especie puede producir una cantidad de fruta caída mayor en el cultivar astringente 'Hachiya'. Investigaciones recientes bastante prometedores en Japón sobre portainjertos enanos, particularmente de SH11, MKR1 y FDR-1, encontraron una alta eficiencia de rendimiento y también potencial de reducir el requerimiento de mano de obra por árbol. También, se ha demostrado que la caída de fruta es inhibida, en algunos casos, por estos cultivares enanos. Futuros ensayos en Florida, usando diferentes combinaciones de injerto-portainjerto, ayudarán a encontrar beneficios potenciales que algunos cultivares novedosos de portainjertos pueden proporcionar.
Porqué se injertan los caquis
Los portainjertos en general tienen beneficios e inconvenientes. Su idoneidad para ciertas condiciones de suelo y clima pueden variar, y deben ser seleccionados de acuerdo con esos factores. Los caquis se injertan debido a la considerablemente baja tasa de éxito con la propagación por esquejes, principalmente obtenidos de madera dura. En investigaciones donde se ha comparado plantas de caqui micropropagadas y enraizadas, con plantas injertadas, se encontró que los esquejes obtenidos de madera blanda proveniente de plantas micropropagadas tenían un porcentaje de enraizamiento promedio notablemente más alto, 22% contra un 9%, cuando ambos grupos se trataron con 3000 ppm de IBA (ácido indolbutírico). La mayor tasa de enraizamiento exitoso se encontró en los esquejes obtenidos de chupones de raíz de madera blanda, proveniente de árboles micropropagados, que se desarrollaron al ser cortado el tallo del árbol. También se observó que los esquejes cortos obtenidos de chupones de raíz (3-4 cm; 1.2-1.6 pulgadas) exhibieron una tasa de enraizamiento más alta en comparación con esquejes más largos (25 cm; 10 pulgadas), 70% comparado con 30% respectivamente. Se sabe que la micropropagación mejora la velocidad de enraizamiento de los esquejes debido a su efecto rejuvenecedor. Se consideraba que los chupones de raíz tenían mejor tasa de enraizamiento en comparación con los brotes debido a que los chupones de raíz son más juveniles en términos fisiológicos. Sin embargo, debido a que los árboles enraizados pueden ser más vigorosos que los árboles injertados, la propagación comercial por esquejes puede limitarse a aumentar los portainjertos, particularmente a conseguir portainjertos enanos cuando se desean árboles más pequeños en el huerto. Los árboles injertados directamente sobre plantas micropropagadas podrían exhibir rasgos negativos, como una fructificación tardía. Por lo tanto, la investigación adicional sobre el rendimiento de los portainjertos está justificada.
Propagación de plántulas de portainjertos
Los frutos de la especie local D. virginiana pueden ser cosechados en el otoño, que es la época en la que maduran. Las semillas se pueden remover y enjuagar en agua para eliminar la pulpa. Una vez limpias, las semillas se pueden plantarse directamente en macetas con sustrato, siempre y cuando se puedan mantener condiciones cálidas. Otra opción es aplicar fungicida a las semillas húmedas y luego almacenarlas en bolsas de plástico en un refrigerador entre 35 y 45°F hasta la siembra. Es importante que las semillas permanezcan ligeramente húmedas para mantener la viabilidad. Semillas y plántulas de D. virginiana también se pueden obtener de viveros locales y disponibles en internet.
Las semillas pueden germinarse colocándolas inicialmente en papel de germinación húmedo, o periódico, antes de plantarlas en el sustrato. También pueden germinarse en camas para semillas (semilleros) dentro de un invernadero, alrededor de enero o febrero. Las plántulas más jóvenes son susceptibles a quemaduras en sus hojas debido al sol, por lo que se recomienda el uso parcial de sombra desde el principio. Las plántulas se cultivan durante el resto del año y estarán listas para recibir injertos el siguiente invierno.
Esquejes o yemas para injertos de primavera deben ser recogidos cuando están en dormancia, antes de que el tamaño de las yemas comience a incrementar, lo que en el norte de Florida ocurre generalmente antes de mediados de marzo. El material para injerto puede ser almacenado en bolsas de polietileno a 40°F (4.4°C) durante varias semanas, o incluso durante meses a 32°F (0°C). Sin embargo, el material debe ser revisado regularmente para asegurarse que los esquejes estén lo suficientemente húmedos con el fin de evitar la deshidratación.
Métodos de injerto
Los dos métodos más comunes para unir el injerto y portainjerto en caquis son: el injerto inglés o de lengüeta y el injerto de yema o astilla. El injerto de lengüeta se puede realizar con más efectividad durante la época de dormancia. El material para injerto con dos yemas proporciona buenos resultados, el punto de unión del injerto se envuelve con cinta o bandas de goma. El injerto se puede cubrir con una bolsa de plástico para mantener una humedad alta durante la formación de callo. Encerar el extremo cortado del injerto también puede aumentar la tasa de éxito.
El injerto de yema o astilla (Figura 1) es quizá el método de propagación más sencillo. En esta técnica, la yema o astilla se puede insertar en el portainjerto una a seis pulgadas por encima de la línea del suelo. En caquis, el momento ideal para el injerto primaveral de yemas ocurre cuando el portainjerto comienza a crecer y además puede sostener su crecimiento durante un mes o más, después del desarrollo de hojas. El injerto otoñal de yemas también es posible, si se realiza en seis o más semanas antes de la primera helada; esto para dar tiempo a la planta de completar el proceso de formación del callo. En este último caso, el brote es forzado en la primavera al año siguiente. Algo importante al forzar es cortar gradualmente el portainjerto hasta el punto de unión del injerto y no completamente, hasta que la yema comience a crecer. Es importante cubrir la astilla y la yema con cinta para injertos, lo que evita la deshidratación del tejido. Tutorear brotes nuevos evitará que estos se quiebren por el viento.
Otros métodos de propagación en caquis son utilizados en menor medida o son menos exitosos. El injerto de escudete o en "T" es una opción, pero los resultados son variables. El injerto de hendidura (Figura 2) puede ser una manera de cambiar el cultivar producido en un huerto, pero generalmente se realiza en árboles bastante viejos. Si los portainjertos están disponibles, pero los esquejes son limitados, una solución temporal sería permitir el establecimiento del portainjerto en el campo, y realizar el injerto in situ una vez que el material requerido esté disponible.
Establecimiento en campo
Selección del sitio
El mejor sitio para plantar árboles de caqui son los suelos franco-arenosos en mesetas. Se recomienda evitar áreas o "bolsones" bajos, para prevenir daños por heladas primaverales tardías que pueden ocurrir una vez que los árboles han comenzado a crecer. Los caquis se desempeñan mejor con un pH de suelo entre 6 y 7, y son sensibles a salinidad. La madera del caqui se considera fuerte, aunque los brotes jóvenes y las ramas cargadas con frutos pueden ser sensibles al daño por viento. En lugares abiertos, establecer cortavientos podría ser necesario para disminuir ese problema.
Espaciamiento
El sistema de entrenamiento más común utilizado en caquis es el líder central modificado, que en la mayoría de áreas (con los portainjertos actuales) se puede establecer con 15 pies (4.5 m) entre árboles, y 20 pies (6 m) entre filas, lo que permite tener 145 árboles por acre. En los suelos que tienen una fertilidad natural mayor o menor, el espaciamiento se puede adaptar con base en esto, según sea necesario.
Plantación inicial
Los árboles de raíces desnudas deben trasplantarse entre diciembre y febrero. Esto se hace cavando un agujero más grande que el sistema radicular, manteniendo la unión del injerto y portainjerto en o por encima de la línea de suelo y rellenando el agujero con suelo alrededor de las raíces hasta llenarlo por completo. Los árboles en maceta se pueden trasplantar en cualquier época del año. Sin embargo, si el sistema radicular forma una esfera, es mejor plantarlos cuando están en dormancia. De manera que el suelo acumulado se puede sacudir de las raíces, las raíces podadas se pueden extender en el agujero si es necesario, evitando así la sobrecarga en el árbol durante la temporada de crecimiento. Después de plantar los árboles, es importante regarlos con un galón de agua o más, dependiendo del tamaño. Se recomienda mantener un área libre de malezas alrededor del árbol, ya sea utilizando herbicida, limpieza mecánica poco profunda o poniendo coberturas o mantillo (mulch).
Riego
Proporcionar a los árboles recién trasplantados agua en cantidad adecuada es fundamental para el establecimiento, especialmente en plantaciones de raíz desnuda, ya que el estrés debido al trasplante puede ser un gran problema en caquis jóvenes. Se requiere riego frecuente (2 a 4 veces por semana) después del trasplante. La cantidad de agua proporcionada se determina considerando varios factores, incluyendo la lluvia, tipo de suelo, y los niveles de evapotranspiración. El uso de microaspersores y el riego por goteo son medios efectivos para suministrar agua, y también pueden ser utilizados para fertiirrigación.
A medida que un árbol de caqui madura, se volverá más tolerante a condiciones ocasionales de sequía, especialmente el portainjerto D. virginiana. Sin embargo, aún es esencial que el agua esté disponible para los árboles durante su fase de crecimiento, que ocurre en los primeros meses de la temporada. El riego excesivo estimula el crecimiento vegetativo exagerado durante la fase de floración y fructificación, lo que puede producirse un aumento en la caída de frutos. Investigaciones recientes sobre el uso de la aplicación de déficit regulado de irrigación (DRI) han demostrado el efecto contrario, reduciendo la caída de frutos cuando dicho déficit es aplicado a principios de la temporada. Sin embargo, esto puede generar frutos más pequeños para el tiempo de cosecha. Cuando el DRI fue aplicado más tarde en la temporada, el color en la fruta se desarrolló antes. Aún queda mucho por descubrir sobre el uso del riego y su influencia en los hábitos de fructificación del caqui.
Fertilización
Entre los años 80 y 90, se establecieron parcelas de caqui demostrativas o de investigación a pequeña escala en Florida, en 5 o más lugares. Sin embargo, estos ensayos siguieron principalmente pautas comunes para árboles frutales respecto a fertilización, por lo que hay actualmente información específica sobre los requerimientos nutricionales y tiempos para caquis en Florida.
En la Tabla 1, se muestra una recomendación general basada en el manejo dado de caquis en Florida y en las prácticas de producción comunes en Japón. Es importante tener en cuenta que se recomienda un plan de fertilización dividido, con 3 aplicaciones: un 50% aplicado durante la dormancia tardía (marzo) y un 25% cada mes en junio y septiembre. Se sugiere aplicar un fertilizante balanceado que incluya macro y micronutrientes. La cantidad utilizada en el décimo año se puede aplicar en los años siguientes. La deficiencia de magnesio puede ocurrir si los niveles de potasio o calcio del suelo son demasiado altos. De manera similar, el manganeso y el hierro pueden ser escasos en suelos con un pH superior a 7. Se deben evitar las aplicaciones fuertes de nitrógeno de liberación rápida, ya que esto puede aumentar la caída de frutos.
El monitoreo de los niveles de nutrientes en las hojas es también una gran estrategia para regular un programa de fertilización. Los niveles en la Tabla 2 indican los rangos de nutrientes para los árboles de caqui de alto rendimiento en Japón. Un muestreo alrededor de la época del cuajado del fruto, y nuevamente dos meses antes de la cosecha permitiría corregir deficiencias a tiempo.
Entrenamiento y poda
Líder central modificado
Este es el sistema de entrenamiento más común utilizado actualmente y se acerca bastante a la forma natural del árbol. En este método de entrenamiento, un árbol en dormancia recientemente plantado se corta a una altura aproximada de dos pies y medio sobre el suelo, quedando usualmente un solo tallo. En la segunda poda de invierno, el líder principal y central, que creció después de la primera poda, es recortado en ⅓. Para esta etapa, habrá algunas ramificaciones laterales. Seleccione uno de los laterales con un amplio ángulo entre el tronco y la rama, creciendo aproximadamente a la altura de la marca de dos pies y medio, similar a la primera rama principal. Espaciadores de ramas también pueden ser utilizados para ampliar los ángulos entre ramas. Si es posible, seleccione otra de rama 8-12 pulgadas arriba de la primera rama, que apunte a otra dirección y quite las ramas en el tronco entre la primera y segunda rama. Durante las podas de invierno subsecuentes, el proceso de recortar ⅓ del líder central, y la selección de laterales adicionales cada 8-12 pulgadas, se debe mantener. El objetivo es tener 4-6 ramas bien espaciadas que irradien desde el tronco. Una vez que esto se logra, el líder central es "modificado", cortándolo a la altura de la rama lateral final, lo que limitará aumentos significativos de altura en el futuro (Figura 3).
Sistema Palmette
Este sistema requiere el uso de un enrejado alto. Sin embargo, permite duplicar el número de árboles por acre hasta 290 árboles siguiendo un espacio de 15 pies entre árboles y de 10 pies entre filas. El número de alambres horizontales varía, pero es común usar 3 o 4. El alambre inferior se coloca a 40 pulgadas sobre el suelo, y los alambres adicionales se añaden cada 3 pies sobre el primer alambre. Dos ramas opuestas, en línea con el enrejado y alrededor de 2 pies sobre suelo, son elegidas y se acoplan al enrejado situado en un ángulo ascendente de 45 grados. Esparcidores de ramas también se pueden utilizar en este proceso. Elevando el tronco de crecimiento central, pares de ramas opuestas cada dos pies se acoplan al enrejado para formar el siguiente nivel de crecimiento. Visualmente, este sistema producirá una copa vertical aplanada que se asemeja a una pluma. El enrejado también puede ser usado como una estructura para la protección contra heladas, utilizando material cobertor, o redes para prevenir el daño por aves.
Otros sistemas
Existen muchos otros métodos de entrenamiento, como el centrado abierto, en forma de Y, o variaciones en los diseños de enrejado. Investigaciones recientes sobre un sistema de entrenamiento horizontal mostraron un mayor potencial de rendimiento y una reducción de escaleras debido a la formación de una copa más baja. Técnicas de restricción de la zona radicular pueden permitir plantaciones de muy alta densidad, con más de 1500 árboles por acre, aunque todavía se desconocen las perspectivas a largo plazo. Al elegir un sistema de entrenamiento, el costo-beneficio siempre debe ser considerado.
Poda general
Una poda fuerte en caqui a menudo no es necesaria o beneficiosa. Cuando las principales ramas estructurales están en su lugar, algunas son podadas ligeramente y sus meristemas apicales removidos cada temporada, para estimular más ramificaciones, mientras que otras no se podan. El área de fructificación en el árbol se alejará del tronco con el paso de los años al usar este método, y la densidad de ramas aumentará. En algunas áreas de alta densidad, los frutos tendrán que ser raleados ocasionalmente, con el fin de asegurar que la distribución de luz dentro de la copa sea adecuada. Cualquier rama que no se ajuste al sistema de entrenamiento que se está utilizando puede ser podada o eliminada y cuanto antes se haga mejores serán los resultados.
Floración y fructificación
Floración
Los caquis florecen y producen fruta en ramas cuyo tejido se ha desarrollado en la temporada actual, lo que ocurre varias semanas después de la apertura de yemas vegetativas. Muchas de las variedades comúnmente cultivadas producen flores femeninas (Figuras 4 y 6). Estas se desarrollan individualmente y se identifican fácilmente por el gran cáliz de cuatro lóbulos que las rodea, el cual juega un papel importante en el desarrollo de la fruta. Las flores masculinas son más pequeñas y crecen en ramos de tallos pequeños (Figura 5). Los caquis pueden producir una cantidad modesta de frutos partenocárpicos (sin fertilización). Sin embargo, incluir algunos árboles polinizadores dispersados en la plantación mejorará el rendimiento máximo. Una proporción de 1:15 (polinizador:variedad principal) se utilizó en un ensayo demostrativo en Florida y aunque esta proporción genera una cantidad excesiva de frutos cuajados, también puede ayudar a prevenir la caída excesiva de frutos, lo que permite asegurar una buena producción. Se sugiere una proporción de 1:15-1:40 para Florida. 'Gailey' y 'Nishimura' son los polinizadores más utilizados, conocidos por su abundante producción de flores masculinas (para obtener más información sobre polinización y características de diversos cultivares, visite Cultivares de Caqui Japonés en Florida en: https://edis.ifas.ufl.edu/publication/mg460).
Fructificación
Generalmente, una caída de frutos inicial ocurre después de la caída de pétalos. La duración de dicho período de caída depende de múltiples factores, como la cantidad de fruto producida en la temporada anterior, la polinización, el agua, los excesos de nutrientes o la falta de infiltración de luz en la copa. Caídas de fruto posteriores pueden ocurrir en junio e incluso después, pero normalmente son más leves. La polinización reduce la caída de frutos, pero al aumentar el número de frutos será necesario un raleo más intenso para llegar a un nivel de producción sostenible, ya que los caquis tienden a alternar su producción (alternancia entre un año de alta producción y otro de baja producción) si la carga de fruta es alta. Los árboles maduros de cultivares que producen frutos más pequeños pueden sostener 250-300 frutos por árbol en la madurez, mientras que los cultivares con frutos más grandes pueden sostener 150-200 frutos por árbol. Los árboles comienzan a producir frutos en el tercer año, y se necesitan alrededor de 8-10 años para alcanzar niveles de producción plena. Datos de producción recientes de 2013-2014 en California muestran que el rendimiento medio del caqui es de 5.4 toneladas por acre. Las estimaciones de producción en el sur de Florida son de alrededor de 3.6-5.4 toneladas por acre, y el norte de Florida están cerca del límite superior de dicho rango. Los rendimientos son generalmente más bajos para las variedades no astringentes.
Raleo de frutos
El raleo de frutos es a menudo necesario en caqui, esto para regular la carga de fruta sostenida por el árbol (Figura 7) y para ayudar a limitar la tendencia a la producción alterna. Parte de la regulación de la carga de fruta puede ser hecha mediante una poda razonable durante el invierno. La mayoría de las yemas florales crecerán a partir de las pocas yemas terminales presentes en las puntas de las ramas. Al dejar algunas de estas ramas sin podar o solamente con una o dos yemas removidas y podando además ramas débiles, la necesidad de raleo de frutos es menor. El raleo manual se realiza justo después de la primera ola de caída natural de fruta, o unas 3 semanas después de la floración. Los frutos en las ramas deben tener alrededor de 6 pulgadas de distancia entre ellos para prevenir daño por fricción entre frutos adyacentes. Descartar cualquier fruta deformada o dañada y dejar la fruta con el cáliz más grande, es importante para obtener la mejor calidad de fruto en la cosecha.
Cosecha y postcosecha
La temporada de maduración en caquis varía según el cultivar y se extiende de agosto a diciembre. Los cultivares no astringentes pueden ser cosechados cuando están firmes, comenzando en la fase de coloración entre amarillo y naranja hasta que alcanzan una coloración completa. Los frutos de cultivares astringentes deben cosecharse cuando llegan a coloración completa, mientras son suaves o están cerca de este punto. Cortar las frutas del árbol ayuda a evitar daños en estas, además de daños que podrían producirse en las ramas al torcer o jalar.
Los frutos de cultivares no astringentes tienden a tener una vida útil más larga en comparación con los tipos astringentes, especialmente aquellos cuya astringencia ha sido removida artificialmente. A temperatura ambiente, un cultivar no astringente como 'Fuyu' puede durar hasta 30 días. La vida útil puede prolongarse a 2 meses cuando los frutos son almacenos a 0°C, y hasta 6 meses en condiciones de atmósfera controlada.
Apertura de yemas y daño por heladas
Al igual que con la mayoría de los árboles frutales cultivados en áreas donde se producen heladas a finales del invierno y principios de la primavera, los daños por frío pueden producirse en las yemas y brotes jóvenes de caqui (Figura 8). Aunque los caquis no tienen un alto requerimiento de horas frío, necesitan acumular una cantidad moderada de calor para comenzar su crecimiento. Esto retarda el desarrollo de sus hojas, en comparación con duraznos, arándanos y peras. Si el clima es cálido durante un período prolongado en enero y febrero, sin heladas, el crecimiento puede comenzar. La selección de sitios lejos de áreas bajas, el mantenimiento de niveles adecuados de nutrientes y limitar la sobreproducción de fruta, son prácticas que ayudan a reducir las posibilidades de daño por frío y mejorar la tolerancia de los árboles al estrés. Si el crecimiento de los árboles ha comenzado, el riego por aspersión (a una tasa de ¼ de pulgada por hora, para recubrir el árbol con hielo durante una noche fría y tranquila por debajo de 32°F) es también una medida eficaz de protección. Si las yemas están en etapa de apertura y la temperatura es de 27°F por un periodo de una hora, existe riesgo de daño. El daño sufrido por yemas reproductivas debido a heladas al principio de la primavera es generalmente minimizado gracias a la apertura de yemas florales ocurrida en nuevos brotes vegetativos, después de dichos brotes haber estado creciendo durante varias semanas.
Plagas y enfermedades de los caquis
La Tabla 3 y la Tabla 4 muestran las plagas y enfermedades de caquis japoneses más comunes en Florida, sus síntomas y cómo controlarlos.
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